La inteligencia artificial de Gmail detecta el 99% de los correo basura. Sin embargo, existe una ubicación previa que lleva tu newsletter al ostracismo. El servicio de correo electrónico de Google atasca los envíos masivos en una pestaña intermedia, un limbo. ¿Qué señales puedes enviarle a Gmail para evitar que tu newsletter acabe en la carpeta de Promociones?

Todos los editores de una newsletter temen un tercer algoritmo. Es el algoritmo de Gmail.
Poco conocido, pero que es el auténtico terror de los responsables del email marketing del comercio electrónico y, ahora, también del sector editorial de Noticias.
El dominio del mercado del servicio de Google también deriva en una potente tecnología que le permite detectar, casi al 100% de exactitud, qué es correo personal y qué es envío masivo.
Las newsletters de los medios de comunicación, no en vano, caen a menudo en esta segunda clasificación, dado que emite alarmas a Gmail de que no se trata de un intercambio de mensajes entre dos personas.
Los filtros anti-spam son certeros, pero el servicio de correo electrónico también creó una segunda carpeta donde reorganiza, en nombre de los usuarios, los mails.
De este modo, al riesgo acabar como correo basura, también se une lograr una bajísima tasa de apertura cuando la gran G deposita nuestros boletines en la carpeta Promociones.
Veamos la secuencia más crítica, para llegar al asunto de la segunda.
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